jueves, 4 de febrero de 2010

I. Introducción

I. INTRODUCCIÓN

La crisis financiera tuvo su origen en Tailandia, que tras 10 años de altos crecimientos, sus exportaciones empezaron a decaer, los beneficios de las empresas eran menores, las deudas se amontonaron y la incertidumbre se adueño del mercado, por ello el gobierno de Tailandia devalúo el baht para bajar el precio de sus productos de exportación y estimular su venta. Otros países de Asia temiendo que sus exportaciones no fueran competitivas siguieron el ejemplo y devaluaron su propia moneda: los inversionistas internacionales comenzaron a retirar su dinero de esos países; como consecuencia la bolsa de valores asiática se desplomó y una crisis de grandes proporciones sacudió la economía del sudeste asiático. El sector privado de estas economías tenía un apalancamiento financiero elevado y la crisis del sistema financiero se trasladó al sector no financiero, a la economía real y consecuentemente a todas las economías similares.
Las devaluaciones de las monedas asiáticas tuvieron un efecto inflacionario en sus economías, con lo que al final las propias economías presionaron a sus bancos centrales para el aumento de los tipos de interés, con el agravamiento de la crisis como consecuencia más inmediata. A mediados de 1996 las exportaciones comenzaron a descender bruscamente y, entre otras cosas, por el posicionamiento competitivo de China en los mercados internacionales; comenzaron a aparecer signos preocupantes, entre ellos un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, es decir, un aumento de las importaciones por encima de las exportaciones, sumado a un retraso cambiario de las monedas asiáticas frente al yen japonés que se había devaluado en un 40%. La fragilidad de la moneda se constituyo en un factor de amenaza para la recuperación de las exportaciones de los tigres que tiene como principal mercado la nación nipona.
El 2 de julio de 1997 se inicio la llamada crisis asiática, justo cuando se conocía la noticia en los mercados internacionales de la devaluación de la moneda tailandesa. Lo que provoco un efecto domino sobre las economías del este asiático: Malaisia, Indonesia, Filipinas, Taiwán, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur. Al principio, lo que parecía ser una crisis regional terminó por expandirse por los principales mercados internacionales, desde Rusia hasta América Latina. Los acontecimientos que se sucedieron no fueron desconocidos:


v se derrumbaron los precios en dólares de los inmuebles en un 30%;
v se paralizaron los mega proyectos inmobiliarios suntuosos financiados por el ahorro externo que por años se canalizó al sector en cuestión;
v se produjo el deterioro de las carteras bancarias ante los préstamos incobrables;
v la cesación del crédito internacional para la región y una recesión de las economías reales.

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