jueves, 4 de febrero de 2010

IV. Casos, II. Taiwan

ii. TAIWÁN

La manera en que los bancos extranjeros en Taiwán habían logrado competir es a través de enfocarse al mercado de consumo, junto con hacer negocios con pequeñas y medianas empresas. La expansión de las exportaciones de los países del sudeste asiático hasta mediados de 1996 venían siendo elevadas, motivo por el cual la región había recibido una inyección de grandes préstamos, los cuales en lugar de volcarse al sector de la producción, lo hicieron sobre las inversiones especulativas concentrándose mayoritariamente en el sector inmobiliario. Como resultado de ello, se produjo una sobrevaluación de las propiedades y de las acciones inmobiliarias, seguidas por una debilidad cada vez mayor del sistema bancario en los respectivos países, en donde el común denominador fue el otorgamiento de préstamos sobre activos sobrevaluados.
Durante los años de auge económico en el sudeste asiático se practico un capitalismo entre amigos, el cual consistió en otorgar préstamos para inversiones dudosas a quienes simpatizaban con el gobierno, sin tener presente si eran o no solventes los prestatarios. A principios de los 90 los tigres adoptaron un aserie de medidas liberalizadoras para el conjunto de sus economías, aplicándose con un mayor acento en el sistema financiero, y levantándose las restricciones que existían en dicho sistema. Al mismo tiempo los gobiernos de estos países aplicaron políticas de privatizaciones de empresas del sector público con lo que el sistema financiero se expandió aumentando el número de créditos concedidos sin ningún control riguroso. Este fenómeno se vio forzado con la entrada de capital exterior, seducido por la alta rentabilidad que ofrecían estas economías. El verdadero problema que se estaba gestando en estas economías era la forma en que se estaban concediendo los préstamos; no se valoraba adecuadamente el riesgo asumido por parte de los prestatarios y el sistema financiero carecía de una regulación, un agente supervisor.
Características antes de la crisis:
· prioridad: avances tecnológicos y economía orientada fuertemente hacia las exportaciones (se beneficia al estar en APEC);
· su gran fuerte es la innovación, teniendo un gran número de patentes per cápita, siendo sólo superada por EE.UU. y Japón;
· las industrias mecánicas y petroquímicas consideradas estratégicas pertenecen a empresas públicas controlando que las importaciones no sean mayores que las exportaciones;
· el Estado mantiene una participación muy alta en el sector financiero;
· altos niveles de libertad en inversión, comercio, derechos de propiedad, libertad fiscal y libertad del gobierno;
· impuestos: la tasa impositiva al ingreso personal es alta, el impuesto corporativo es moderado, y el impuesto a las utilidades es bajo como porcentaje del PIB;
· alta calidad en cuanto a infraestructura, tiene mercados saludables y flexibles en general, y la fuerza laboral tiene buena educación y entrenamiento (recordar que la educación ha sido un factor particularmente importante dentro del desarrollo de la capacidad y de la innovación tecnológica de Taiwán. Para el este asiático era importante trabajar activamente para reducir la pobreza y limitar el crecimiento de la desigualdad, porque creían esas políticas eran importantes para preservar la cohesión social, y que dicha cohesión social era necesaria para generar un clima favorable a la inversión y el crecimiento).
La combinación de altas rentas de ahorro, inversiones públicas en educación y políticas industrial dirigida por el Estado, convirtió a la zona en una central de energía económica. Sin embargo, el crecimiento de los tigres se debió a los aportes de los capitales extranjeros, a importaciones de bienes, y a una política de bajos salarios. Con estas características es evidente que están padeciendo los efectos del intercambio desigual.
En el este asiático los Estados ayudaron a perfilar y dirigir los mercados, mientras que el consenso de Washington promulgaba unas políticas en las cuales el papel del Estado era mínimo, pero los países triunfaron no sólo a pesar de hecho de no haber seguido los dictados del consenso de Washington, sino porque no lo habían hecho. Todo lo que los tigres habían hecho era ahorrar mucho e invertir bien; las políticas gubernamentales habían cumplido un papel trascendental al permitir a las naciones del este asiático conseguir ambas cosas simultáneamente.

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